La serie refleja la vida de los publicistas de la Avenida Madison, los llamados Mad Men. Una vida centrada en un trabajo que era considerado en su momento como uno de los trabajos con más glamour. Un glamour siempre acompañado de exceso, alcohol y mucho humo de tabaco. Aprovechando este ambiente de despilfarro y competitividad, por la serie desfilan temas de gran peso social, como el machismo social y laboral, el racismo o la homofobia. En palabras del creador de la serie, Matthew Weiner, se trata de una serie de “ciencia ficción en el pasado” ya que Mad Men utiliza el pasado –no el futuro- para tratar temas que nos preocupan hoy y que no discutimos abiertamente.
En busca de la felicidad
Más allá de estos temas, hay un tema implícito en todos los capítulos y que impregna a todos los personajes de la serie: la búsqueda de felicidad. En este sentido, la serie podría definirse como el largo viaje de cada personaje en busca de su propia felicidad. Una felicidad que se aleja a cada paso como la zanahoria del burro. Una felicidad que se presenta escurridiza. Esquiva. Antipática.
Resulta curioso que estas personas, publicistas la mayoría de ellas, se dediquen a “vender felicidad” a los otros cuando ellas no consiguen alcanzarla.
Don Draper, ángel y demonio
Don Draper, ángel para algunos, demonio para muchos, se ha convertido en un ídolo de la industria publicitaria dentro y fuera de las pantallas. Su intuición para detectar insights, su capacidad de sobrevivir y salir reforzado de las adversidades, y su manía de querer tener siempre la razón, le confieren una personalidad magnética que atrae gente a su alrededor y provoca que ocurran cosas a su paso.
Algunas de sus frases más notorias nos permiten sumergirnos en la profundidad de su personalidad:
- “Lo que llamas amor fue inventado por tipos como yo para vender medias”. Don Draper es un tipo duro. Se ha convertido en lo que es a base de palos. Su infancia fue dura, su madre murió durante el parto y lo crio su padre y madrastra en una casa de citas. De pequeño le retiraron el amor por lo que no confía en las personas y se ve incapaz de comprometerse. Para trascender este sufrimiento, sublima el amor en forma de lujuria y ansia de libertad.
- “Vivo como si no hubiera mañana porque no lo hay”. Don Draper vive al día. Tiene objetivos vitales y no le da miedo arriesgar. Sabe que puede rehacer su vida en cualquier momento si lo pierde todo. Ya lo ha hecho una vez y puede volver a hacerlo. Su riesgo, caer en el nihilismo si no contacta con sus valores profundos. En los últimos capítulos de la serie, se da cuenta de ello y va en su búsqueda.
- “Las personas desean que les digan lo que tienen que hacer, por lo que escucharán a cualquiera”. Don Draper se siente un lobo solitario. Y trata al resto de personas como ovejas descarriadas.
- “¿Quieres respeto? Ve fuera y consíguelo por ti mismo”. A Don Draper no le han regalado nada. Es un self-made man.
- “La publicidad se basa en una cosa, la felicidad. Y, ¿sabes que es la felicidad? La felicidad es el olor de un coche nuevo. Es ser libre de las ataduras del miedo. Es una valla en un lado de la carretera que te dice que lo que estás haciendo lo estás haciendo bien”. La publicidad no se queda coja si solo comunica atributos de producto. Debe transmitir emociones y valores en los cuales todos podemos resonar. Y detrás de todo eso, como telón de fondo, la felicidad.
La publicidad como verdad
Algunos dicen que la publicidad es mentira. Y muchos creen que su papel trata, precisamente, de convencer de lo contrario. Porque las personas, tal diría Don Draper, necesitamos creer en algo. Y cuando creemos, buscamos evidencias que ratifiquen nuestras creencias. Esta perspectiva muestra la parte oscura de la publicidad y el marketing y tiene su reflejo en la sociedad consumista actual.
Ahora bien, la publicidad puede ser otra cosa. Puede (y debe) mostrar la verdad, la autenticidad de las marcas, sus valores, y comprometerse con las causas que importan a los consumidores. De esta manera recuperamos la confianza del consumidor que se siente orgulloso de pertenecer a la comunidad de la marca y que está dispuesto a que la marca represente sus valores.
Si quieres saber más sobre cómo aplicar el marketing de valores y promover una publicidad auténttica para conectar con el consumidor consciente encontrarás más artículos en las secciones: marketing de valores y vida consciente.
Saludos.